La innovación es un elemento clave en una industria donde la
saturación de los mensajes publicitarios y corporativos es un hecho. La
creación de eventos singulares que cautiven al público constituye una
estrategia de diferenciación en un mundo en el que hay que reinventarse
permanentemente. En este sentido, la innovación se basa en conocer a nuestro
público y ofrecerle experiencias diferentes a las que ya ha experimentado.
La innovación en los eventos es la aplicación de nuevas ideas,
conceptos, productos, servicios y prácticas, con la intención de crear un
evento de mayor calidad y, por consiguiente, mejorar la experiencia del público
asistente. El objetivo es aportar elementos de diferenciación a partir de la
originalidad, el impacto y el recuerdo. Para ello, la organización de eventos
puede aplicar la innovación en diversas áreas:
- Innovación técnica. Las nuevas tecnologías constituyen un instrumento de comunicación clave que permite reforzar la transmisión del mensaje. Las pantallas y proyectores, los sistemas de audio, la iluminación o los efectos especiales son los canales por los que nuestros mensajes llegan al público de manera más eficiente. Además, la vanguardia en tecnología puede ayudarnos a crear un acto más sofisticado y creativo.
- Innovación comunicacional. Gracias al alcance del mundo 2.0. los eventos son más sociales, accesibles y globales. Las redes sociales, las aplicaciones virtuales, las tecnologías móviles, los sistemas de retransmisión o el networking, favorecen la difusión y repercusión de los eventos.
- Innovación conceptual. Consiste en la construcción de ideas innovadoras que permiten crear un evento más atractivo e interesante. El argumento, los contenidos, los medios técnicos, la escenografía o el espacio son algunos de los elementos que forman parte del diseño conceptual del evento. La conceptualización del evento requiere un esfuerzo creativo ya que está sujeta a las percepciones, emociones y sensaciones de un público que interpreta los significados de manera diferente.
- Innovación en el formato. A través de los formatos convencionales cada vez se hace más difícil mantener el interés de la audiencia que hoy en día exige actividades más dinámicas, nuevas formas de presentar los contenidos y más interacción. Esto se puede conseguir a través de nuevos formatos o la renovación o combinación de los ya existentes.
- Innovación escenográfica. La construcción escenográfica influye significativamente en la percepción que el público tenga del evento. La decoración, la ambientación, la gráfica, la iluminación, los colores y los materiales son elementos que conforman la escenografía del evento. Como organizadores de eventos debemos producir ambientes originales que transmitan significados, reflejen la filosofía del evento y conecten con las emociones de nuestro público.
La innovación implica una continua investigación para estar al
corriente de todas las novedades. Se hace necesario conocer los nuevos avances
tecnológicos, las tendencias en diseño y producción de eventos, así como averiguar
qué prácticas está realizando nuestra competencia y cómo reacciona el público a
ellas. La novedad que introduzcamos tiene que ser eficiente y acorde con el
público y el sector al que nos dirigimos, es decir, debemos introducir algo con
lo que nuestros asistentes no estén familiarizados.
Por ello, innovar es arriesgar ya que debemos enfrentarnos a métodos,
tecnologías y formatos desconocidos que no sabemos cómo van a resultar en
nuestros invitados. Pero además, la escasez de recursos económicos es otra de las limitaciones que se imponen a la
hora de innovar. Sin embargo, la
innovación no siempre exige un gran presupuesto económico; de hecho, hacer algo
novedoso con pocos recursos igualmente puede considerarse una solución
innovadora. Del mismo modo, la innovación también puede suponer mayor
rentabilidad a largo plazo ya que contribuye a mejorar la imagen de nuestra
empresa y construir un futuro más prometedor. Como dice el refrán: “Renovarse o morir…”.
Se hace necesario valorar la conveniencia de cada
innovación ya que ésta debe justificarse y desarrollarse acorde con los
objetivos y filosofía del evento, la identidad de la empresa y el perfil del
público al que nos dirigimos. Además, como organizadores de eventos debemos evaluar
nuestra capacidad para seleccionar y aplicar las innovaciones en función de
nuestro conocimiento, habilidades y recursos de que dispongamos.
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